Capítulo IX
Kai no había vuelto a llamarme. Habían
pasado dos días y solo recibí un mensaje de Aisha preguntándome si todo estaba
bien. Ella era un ángel, como siempre. No quise preguntarle sobre Kai, esperé a
que ella tal vez lo mencionara.
Fui a visitarla un rato, pero él no se
encontraba. Con la visita y la excelente atención de ella me sentí enseguida
más cómoda. Era genial estar con ella. Mucho mejor que ir a una sesión de
masaje a un Spa.
-“Kai está trabajando.” Me dijo. Hasta
ahora aún no sabía dónde trabajaba.
-“Nunca me dijo dónde.” Dije y ella
sonrió. Al parecer no era la única a quien no se lo había dicho.
-“Es programador.” Me contestó y me nombró
la empresa. ¡Ahora que lo sabía podía ir a sorprenderlo! “Yo también me voy en
un rato. Pero vendrá Silver, si quieres acompañarlo.” Dijo Aisha con su
delicada voz.
Silver y yo quedamos en casa de Kai,
sentados ante en gran ventanal mirando hacia el mar. Era un día invernal,
estaba nublado con mucho viento. El mar era de un gris oscuro, con muchas olas,
bravo por el viento. Pero dentro se aspiraba una paz, que no había sentido
hacía días. Todo estaba tranquilo, en silencio, con la estufa prendida, en el
ambiente un aroma a vainilla, disfrutábamos de un café latte. ¿Cómo alguien tan
extraño podía vivir en un departamento tan agradable? Nunca iba a dejar de preguntármelo.
Le conté a Silver lo que me había sucedido
en Rancagua, en la celda. Como conocí a Iris y cuando me confesó ser mi
hermana. Silver me escuchaba con atención, interesado en mi historia, al
contrario que Kai. Le conté que él no
había tomado en cuenta mi historia.
-“Si realmente es tu hermana, entonces
debes hacer lo posible para que la encuentres. ¿Tienes alguna referencia?”
-“No, no sé por dónde comenzar a
buscarla…”
-“…O que ella te busque a ti.”
No dudaba en que lo hiciera. Al menos
sabía en qué ciudad vivía.
-“¿Sabes cuantos arenkes hay aquí? Los que
se conocen por ahora, ¿son todos, o hay más?”
-“Hasta ahora solo se de aquellos que
conocemos, no sabemos si hay más.”
-“Silver, dime, ¿por qué es Kai tan
antipático conmigo? ¿Por qué no puede tratarme más amablemente, como a su
amada, Aisha?”
-“¿Aisha? ¡Pero si ella no es su novia!
¡Ella es su hermana! Al menos que sean más que hermanos.” Se reía.
-“¿Son hermanos? Pero… entonces… ¿por qué
la trata como a su novia?”
¡Son hermanos! ¿Cómo pude creer que él
estaba enamorado de ella? ¿Por qué nunca me la presentó como a su hermana? Me
sentí como una tonta.
-“Si, su hermana menor, y única familiar
de la que yo sé. La personalidad de Aisha da para tratarla como a una deidad.
¿No te parece?” Sonrió. Tenía razón. “Pero Kai no tiene novia.”
-“¡Claro! ¿Quién lo aguantaría?” Dije y
Silver se rió.
-“En realidad él no es como lo describes.
Tal vez contigo sea así, pero en la realidad es muy distinto, no es antipático.
En su mejor estado lo podría comparar con su hermana. Aunque ella nos supera a
todos.”
-“Eso lo quisiera ver…”
¿Por qué conmigo es así? ¡Nunca lo podría
comparar con Aisha! Ella es todo lo contrario… su hermana. ¡Su hermana! Había
entendido por qué me negó lo que le dije, la última vez que lo vi.
Me sentí muy estúpida en ese momento.
¿Cómo pude haber pensado todo el tiempo en algo de lo que nunca tuve la
certeza?
Todo el tiempo me había basado en algo que
nunca fue. ¿Y ahora qué? Necesitaba
verlo…
Recordé que Aisha me había contado donde
trabajaba. Decidí realizar mi idea; visitarlo sorpresivamente. Después de todo,
si no tenía novia aún podía tener una oportunidad… aunque aún me costaba
aceptar lo que sentía por alguien, con quien no tenía la mejor relación. ¡Si al
menos no me hubiera tratado tan mal! Los momentos más geniales con él habían
sido cuando me llevó por primera vez al barco, esas noches cuando aprendí a
volar. O cuando dormimos juntos entre el pasto seco, bajo los árboles de
Maitencillo. ¡Lo que daría por volver a vivirlo!
¡Debía verlo! Debía ir a visitarlo al
trabajo.
No fue muy difícil encontrar la empresa,
no quedaba lejos del centro.
Entré al edificio y sentí como la
atmósfera de oficinistas aburridos me ahogaba. Todos vestidos del mismo color,
atados del cuello a su aburrido trabajo. Todos esclavos de la rutina y el
orden. Me encaminé hacia uno de los pasillos con alfombras grises y paredes
lisas. Buscaba con los ojos entre la gente a un ser no humano entre ellos. Pero
no obtuve resultados. No era el departamento de informática. Seguía mi camino
atravesando salas de espera donde gente aburrida esperaba ser atendida por
gente más aburrida. Era increíble que alguien como Kai trabajara entre ese
montón de monotonía.
Llegué a una oficina al final del pasillo
por la cual no pude pasar sin tener que explicarles hacia donde quería ir. Me
detuve tratando de recordar el nombre de Kai para decírselo al oficinista de
turno pero nada llegó a mi mente…
Un tipo gordo medio ahogado dentro de su
uniforme apretado salió de su oficina dirigiéndose hacia el oficinista de
turno. Éste lo saludó cansado entregándole algunos documentos que no podían ser
menos tediosos que el estar sentado todo el día frente a un computador solucionándoles
las consultas a los clientes.
-“Ángeles decían… pero nunca fueron ángeles
los involucrados.” Le decía el gordo al flaco. Me detuve y decidí no entrar a
la oficina.
-“De hecho tampoco son personas. No son
humanos.” Le contestó el oficinista.
El gordo observó los documentos que tenía
en sus manos y comenzó a ordenarlos. ¿Por qué tenía que hacerlo precisamente
ahora? ¡Quería alcanzar a escuchar la conversación antes que notaran mi
presencia!
-“No lo son, son seres… artificiales.” Asintió
el gordo luego de pensar la palabra adecuada sin encontrarla.
-“Tampoco.”
¡Podía quedarme dormida escuchando la
conversación!
-“Sí que lo son. Son artificiales.” Dijo nuevamente
el gordo haciéndose el inteligente. El flaco alzó la vista, se ajustó los
anteojos y abrió lentamente la boca para pronunciar su opinión, como si en ello
ocupara toda su fuerza.
-“Que no, artificiales no. Son seres
manipulados genéticamente. El resultado es una especie de ángeles.
-“Eso para mí es ser artificial, cuando ya
no son humanos naturales, y manipulados.” Decía el muy estúpido.
¿Manipulados genéticamente? ¿Éramos una
especie creada en el laboratorio? ¡Nunca había escuchado eso!
-“De todas formas ellos se salieron de
control, comenzaron a reproducirse y se perdieron la cuenta en el mundo. Han
logrado eliminar algunos pero aún quedan muchos por buscar.”
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mis
piernas comenzaron a temblar. ¿Por qué nadie me había contado esto antes?
-“Eso sucede cuando los genetistas no
hacen su trabajo tan bien como nosotros…” Se reía el flaco forzando las arrugas
de su rostro.
Ya veo… “en ese caso debemos tener pésimos
genetistas en este país. Ya que no se nota que ustedes hagan su trabajo bien”
pensé.
Los tipos seguían conversando de cosas sin
sentido, yo di media vuelta y me retiré del edificio. Me bastó escuchar eso y
no quise saber más. ¡Kai me debía una explicación!
Al anochecer lo llamé al celular.
-“Yo también quería decirte algo.” Me
contestó.
Le conté mi experiencia en su empresa y lo
que había escuchado de los oficinistas. El no parecía sorprendido de que había
descubierto su lugar de trabajo. Escuchó con paciencia todo lo que tenía que
contarle sin interrumpir. Parecía relajado.
-“No.” Fue su respuesta, “Lo que escuchaste
allí fue la típica conversación de dos ignorantes.”
-“¿Qué es incorrecto?”
-“Todo. Nosotros no somos el resultado de
una manipulación genética. Ese rumor lo comenzaron los cazadores de arenkes,
para confundir a los demás y llevarlos en nuestra contra. Pero no es cierto, no
somos una especie creada en un laboratorio, tenemos el mismo origen que los
humanos, solo que en la historia hemos sido representados como ángeles para
ocultar nuestra identidad.”
So voz sonaba muy tranquila pero decidida.
Daba la impresión como si hubiera estado en paz absoluta consigo mismo. No
fueron muchas las veces que lo escuché hablarme de ese modo.
-“¿Por qué estás tan calmado?” Me atreví a
preguntarle.
-“Después de mucho meditar he tomado una decisión
importante. Quiero compartírtela.”
Estaba muy curiosa ¿con qué me vendría
ahora? Mi corazón aceleró, presentí que iba a suceder algo importante… pero no
quería adivinar nada.
-“Dime…”
-“Dany,” me llamó por mi nombre “Debo
despedirme de ti. Me iré y tengo planeado no regresar en mucho tiempo. He
tenido un lío sentimental y no lo he podido resolver. Las cosas no me han
salido bien, y he sido el culpable de la situación. Sé que no nos llevamos bien,
y sé que no me vas a extrañar, así que solo te diré el adiós por aquí, mañana
cuando despiertes, ya no estaré en la ciudad. Me disculpo por el modo en el que
me comporté contigo, pero no fue porque me molestes, sino por el problema que
tuve. Me he auto estresado y me he
deprimido, no puedo tomar las riendas de la situación. Yo sé que te llevarás
mejor con Silver que conmigo, yo no fui un buen tutor para ti. Espero que todo
te salga de maravillas, yo me tengo que ir. Buenas noches, adiós.”
Lo único que puedo decir, es que esa noche
no dormí. Ni las noches siguientes, ni las siguientes a éstas. Mi vida se había
convertido en un vacío, y ese vacío en un problema de mi existencia.