31 de enero de 2020

Accidente nocturno

Tuve un viaje en tren por el bosque. Fue un viaje algo incómodo, ya no recuerdo bien por qué, tampoco sé hacia donde iba. Yo creo que viajaba (como suelo hacer algunas veces por la noche) al futuro.
Cuando me tocó regresar ya era muy tarde, y no había tren. Entonces decidí caminar por la carretera. Era de noche, no había luz alguna, y mi instinto guiaba mis pasos. A mi alrededor se elevaban los árboles. La carretera estaba vacía y yo me encontraba sola.

De pronto mis zapatos comenzaron a hacer un ruido extraño, y era porque estaban caminando sobre algo pegajoso que en un principio no reconocí. A medida que avanzaba, mis zapatos se fueron pegando a aquel líquido sobre el asfalto. Y entonces lo reconocí. Se me aclaró la escena y vi la carretera teñida de sangre, y yo caminaba sobre ella. Era horroroso.

Unos pasos más allá vi la causa, y aunque poca relación tenía, lo comprendí de inmediato: Me encontraba ante un vehículo, cuya parte delantera había estallado contra una pared al borde del camino. Estaba apagado, el accidente había sido reciente. Las puertas delanteras del sedán se encontraban abiertas. No pude ver al conductor, cuya sangre yo venía pisando.


Fui llevada otro escenario.

Había viajado en bus urbano a un lugar cerca de mi casa, y de regreso, al atardecer no pude volver a tomarlo, pues habían cortado el tránsito.
Caminé a orillas de la carretera junto a las demás personas que también debían ir a pie. A medida que bajábamos el cerro se iban comentando que el tránsito fue cortado por un accidente en la ruta. Estaba anocheciendo.
Y entonces lo vi de nuevo, tal cual, sin diferencia; El conductor había estallado contra la pared, tiñendo el camino con su sangre, y yo no lo pude ver dentro de su vehículo abierto.

Desperté al instante.

2 de enero de 2020

Viviste

Me encontré rodeada de gente, las cuales hablaban animadamente.

Me acerqué y vi en el suelo a dos personas sin vida. Yo conocía a ambos. Los dos conocí, y conocería, significó y significaría, algo particular en mi vida. No sabía que había sucedido, pero allí me encontraba yo observándolos desde un lado.

Hacía unas semanas atrás me había preguntado si yo tenía permitido utilizar un conjunto de palabras que yo temía pronunciar; quizás por temor, o por no sentirme suficientemente capaz, o no tener el honor y la fortaleza para usarlos. Pero en ese preciso momento las necesité tanto.

Y las pronuncié. Cada una de ellas, hasta formar la frase completa. Con poder, amor y dominio propio. Al finalizar exclamé:

“Levántate”.

Y tú te levantaste y volviste a la vida.

La otra persona se difuminó en el recuerdo de su existencia.
En algún momento desperté.

Abril 2017

Otra


Recuerdo cuando me perseguías en sueños, cuando te había visto en aquel hotel con aquella mujer, e intentaste seguirme dándome a entender que me preferías a mí. Apenas nos conocíamos. Me interesabas pero pensé que no había nadie en tu vida.

Muchos meses después, cuando ya no estabas con ella, y estabas conmigo, me quisiste mostrar aquel hotel. Decías que tenía un árbol dentro, o algo así.

No recordabas que los tres ya habíamos estado allí.
No era el lugar, era la existencia de uno.
También ese sueño, como los demás, tenía razón. El sueño sabía más que yo.


Abril 2017