14 de abril de 2020

El pantano


Tú y yo estábamos sentados sobre pasto, rodeado de arbustos, a orillas del pantano. Estábamos observando el futuro.
El pantano era hermoso, se extendía desde nosotros hasta el final lejano, a cada lado de nuestra ubicación, alcanzaba todo lo visible. El bosque a nuestra izquierda crecía en el pantano, lo cual lo hacía imposible de penetrar.
El pantano era grisáceo, de aguas espesas con algas verdes. Sin embargo su aspecto era tan hermoso, como nuestra vida, como tú para mí, como nuestro amor.

Deseábamos cruzarlo para llegar hasta su final; nuestro futuro; queríamos conocerlo.
Me dijiste que preferías nadar, lo cual me extrañaba, pues tú no sabías nadar. En este entonces sabías, quería aventurarte, a pesar de tu poca experiencia. Era peligroso; podrías enredarte en las algas, podría pasarte algo. Yo como experta nadadora sabría defenderme, pero temía por ti. Yo propuse cruzarlo en una barca.
No había barca, ni nadamos, por lo tanto regresamos por el lodo, hacia donde habíamos llegado.

¿Queríamos continuar en aquel pantano, e incluso meternos en él? Por muy hermoso que se presentaba, era un pantano espeso y muy peligroso.

Y Entonces nos alejamos del pantano. Y desperté.