29 de septiembre de 2012

Al ritmo de un caracol

-„Cuentame más.“ Le pedí, mientras ella iba completando las lineas sobre su hoja en blanco.
-„Qué mas quieres saber?“ Me preguntó sin alzar la vista, concentrada en dibujar línea por línea, punto por punto al rito de las manecillas del reloj.
Observé aquel gran reloj que se encontraba a su costado. Supuse que no estaba consciente de la hora ni del tiempo que pasaba. Hacía horas estaba allí sentada con lápiz en mano avanzando al ritmo de un caracol conquistando una plantación de repollos.

-„Quiero saberlo todo, todo sobre mi.“ le pedí impaciente. Pero ella ni se molestó en responder. Con el rostro inclinado y la hoja sobre la mesa continuaba agregando punto por punto, con toda su paciencia, como si le perteneciera todo el tiempo del mundo.

-„Lo sabrás cuando haya terminado de hacer el dibujo.“
No me quedaba mas remedio que esperarla. Tenia tantas ganas de saberlo, saber la verdad, toda esa información que me ocultaba su mente y que no me quería mostrar.
Las manecillas del reloj avanzaban lentamente, burlándose de mi impaciencia y mi curiosidad. Y ella a su lado continuaba agregándole puntos al dibujo que parecía jamás terminar. Tendré que esperar toda una vida para obtener todo lo que quiero saber?




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