29 de diciembre de 2012

Inmortales


-“¿Para qué los observas? ¿Para qué los guardas en tu memoria si algún día ya no estarán?” Pregunta el hombre a su amigo quién está sentado en la ventana observando los movimientos de la gran avenida en Nueva Orleans. Perdido en sus meditaciones ignora los comentarios de su compañero. “Ellos, Louis, viven sus cortas y desgraciadas vidas como si de ésta dependiera su felicidad. Sus preocupaciones se centran en una serie de eventos que transcurren día a día. Sus inalcanzables vidas giran en torno a sus problemas y cortas expectativas que los obliga levantarse cada mañana y seguir sus deberes repitiendo el acto hasta los días de su muerte. Sus vagos instintos rehuyen de la muerte, de nosotros, sus liberadores y no admiten que en algún momento tendrán que enfrentar el inevitable final que perderá sus rastros y memorias para siempre. Ellos, mi querido amigo, son la viva imagen de la vida en decadencia. No comprendo que buscas en ellos, que esperas encontrar que rescate su reputación y que alimente tu existencialismo.” El hombre se acerca y posa sus manos sobre los hombros de Louis.  “¿No comprendes que nosotros nos burlamos de las reglas del tiempo, de los principios de la naturaleza? ¿No comprendes que nuestras vidas inmortales brillan eternamente y no se apagan con la luz de la luna ni se pierden en la oscuridad? Para nosotros el tiempo no tiene sentido y el pasar de las cosas es solo un viaje a distintas eras.

El amigo voltea el rostro y le mira a los ojos.
-“Hay en ellos algo curioso, algo extraño que intento comprender. Hay un aspecto de sus vidas que me fascina y me corrompe la consciencia. No es algo que pueda examinar abriendo sus  cuerpos y derramando su sangre. La esencia no está allí. Es algo más profundo. Y tu, mi amigo, careces de ello.”


9 de diciembre de 2012

Olvido 2


-“Siento un vacío por dentro. Tengo la sensación de haber vivido mucha adrenalina últimamente. Pero sigo aquí sentada al borde de mi cama sin que pase nada importante.”

-“Ya han aplicado la primera parte del borrado de memoria.”

-“Anoche desperté y no sabía donde me encontraba! Ya me ha sucedido varias veces!”

-“Noto que ya han completado los primeros intentos.”

-“Hoy en el desayuno me hablaron de los sucesos de ayer en la playa. Te juro que no puedo recordarlo, no  recuerdo nada de ayer ni de ninguna playa!!”

-“Han completado más cosas de las que creía”.

-“Será que tengo indicios de esquizofrenia?”

-“Eso es lo que ellos quieren que creas.”

-“Qué está pasando? tengo lagunas mentales y mi memoria ya no es la de antes.”

-“Continúa preguntándote más cosas, tal vez te encuentres con las conclusiones...”

-“Y tu quien eres?”

“...erróneas.”


4 de noviembre de 2012

Olvido


-"Entonces es cierto! No te acuerdas de nada! Te borraron la memoria, sabias?”

-"Esa persona me parece tan conocida... pero no recuerdo de donde..."

-"No lo menciones! se supone que no deben enterarse!"

-"Quienes?"

-"Ellos" me dijo apuntando su dedo hacia arriba, "ellos lo controlan todo."

-"por qué yo?"

-"Lo siento, no deberíamos hablar sobre ello."
Me dijo dando media vuelta hacia la dirección contraria dejándome llena de dudas que seguramente pronto olvidaría.

16 de octubre de 2012

Vida Nueva


Los mismos ojos, la misma sonrisa escasa que huía por su rostro cuando no controlaba su seriedad...
La misma actitud frente a distintas situaciones, la misma personalidad...
Su alma tan radiante como la luna brillando en la oscuridad.

No será por casualidad la misma persona?
No habrá por casualidad, reencarnado en otro cuerpo, en otro sexo y nacido en otra parte del mundo?

Oh, reconozco esas palabras, reconozco esa reacción. Reconozco tus gustos por el arte de la expresión.

Eres tu, tu mi estimada, quien perdió la vida hace veinte años en la nieve. Eres tu, alma perdida en un mundo incomprendido, eres tu,  esa sonrisa escasa, solo para mi.

Y aunque hayas nacido como una persona totalmente distinta, se que me puedes recordar, se que aún piensas en aquellos días en los que tristemente perseguías mis sueños. 
Pero ahora no lo quieres confesar, crees que no me doy cuenta, crees que te he olvidado. 

Sé quien eres, y sé qué viniste a buscar. Esta vez no dejaré pasar la oportunidad, esta vez lo obtendrás.



15 de octubre de 2012

Sueños


Los sueños, aquellos que nos muestran fantásticos escenarios en donde suceden miles de cosas con cientas de personas, cada noche un mundo distinto. Sueños, aquellos que nos revelan miles de cosas de nuestro subconsciente, y que a despertar las tenemos que olvidar porque no debemos recordarlos, no debemos mezclaros con nuestro estado consciente y enterarnos de todo aquello que pensamos durante las horas de descanso. 
Pero mi pregunta es por qué? Por qué debemos olvidarlos? Por qué no debemos recordarlos?
Quisiera conocer todos los mundos y todas las vidas de cada noche. Una excusa más para escapar y alejarme de la rutina y los problemas cotidianos. Tal como leer libros o ver películas, desconectarse por unas horas y entrar a un mundo lleno de ideas y cosas distintas.
Pero esos lugares nos son prohibidos. Pero si llegaramos a adquirir la capacidad para recordar nuestro viaje en ellos, tendríamos menos descanso y más cosas de que preocuparnos?
He conocido personas que pueden recordar todo y manipular sus sueños, pero no sé si quisiera recordar todas las cosas surrealistas, buenas y malas que mi subconciente refleja mientras duermo. Ya no se si quiero eso...


5 de octubre de 2012

Mundo onírico


A diario ingreso a un mundo a vivir experiencias fantásticas, simbolizando en el los deseos de mi subconsciente. Al anochecer me dicen que debo regresar, y aunque me oponga logran sacarme de allí los guardianes oníricos. Al amanecer borran de mi memoria el camino para llegar hasta allí, y cada noche al dormir lo vuelvo a recordar.

En cada una de las experiencias te veo allí como un tesoro sin esconder, voy hacia ti, intento alcanzarte, pero siempre hay algo que lo evita, extiendo los brazos, abro mis manos, y al tocarte desapareces ante mí como una nube que se desintegra en el vacío.

Derrotas mi inocencia y juegas con mi confianza, me sonríes y me dices "ahora sí" y cuando quiero tomar tu mano el gran reloj toca la hora de ir, y los guardianes me vuelven a expulsar de allí.

¿Qué haces en mí que cada vez que me llama el amanecer, no tengo ganas de volver a abrir mis ojos? ¿Por qué mi mundo y el tuyo no son compatibles? Abandonaría el mío para poder estar eternamente a tu lado.


los hombres son tan simples y las mujeres tan complejas
que la simplicidad aburre
y la complejidad es dificil de entender



29 de septiembre de 2012

Al ritmo de un caracol

-„Cuentame más.“ Le pedí, mientras ella iba completando las lineas sobre su hoja en blanco.
-„Qué mas quieres saber?“ Me preguntó sin alzar la vista, concentrada en dibujar línea por línea, punto por punto al rito de las manecillas del reloj.
Observé aquel gran reloj que se encontraba a su costado. Supuse que no estaba consciente de la hora ni del tiempo que pasaba. Hacía horas estaba allí sentada con lápiz en mano avanzando al ritmo de un caracol conquistando una plantación de repollos.

-„Quiero saberlo todo, todo sobre mi.“ le pedí impaciente. Pero ella ni se molestó en responder. Con el rostro inclinado y la hoja sobre la mesa continuaba agregando punto por punto, con toda su paciencia, como si le perteneciera todo el tiempo del mundo.

-„Lo sabrás cuando haya terminado de hacer el dibujo.“
No me quedaba mas remedio que esperarla. Tenia tantas ganas de saberlo, saber la verdad, toda esa información que me ocultaba su mente y que no me quería mostrar.
Las manecillas del reloj avanzaban lentamente, burlándose de mi impaciencia y mi curiosidad. Y ella a su lado continuaba agregándole puntos al dibujo que parecía jamás terminar. Tendré que esperar toda una vida para obtener todo lo que quiero saber?




18 de septiembre de 2012

Puntos cardinales y otras direcciones


I

Estimado habitante del norte:

Te habrás preguntado dónde he estado todo este tiempo. Pues, te lo contaré.
He decidido hablar sobre mis experiencias recientes. Al fin me he sentido tranquila, en confianza y relajada para contarte lo que sucedió en mi viaje.
¿Recuerdas mi vida hace medio año? Correcto. Estuve viajando al norte. Pero nunca llegué a ese destino.

Siempre creí que tenía claro mi rumbo. Con mi equipaje en la espalda y la brújula en mano decidí caminar por valles y montañas. Mi rumbo estaba fijo hacia el norte. La aguja estaba firmemente hacia arriba sin intención de cambiar.
Siempre creí que en el norte estaba todo aquello que me pertenecía. Todos viajaban al norte! Era extraño si alguien viajaba al este, era mal visto. Decían que los que viajaban al este estaban malditos, enfrentándose a un mundo donde todos los humanos eran iguales sin diferencias entre ellos.
Viajar al norte era lo común. Allí te encontrabas con distintos tipos de personas, mentes, cuerpos, todos distintos. Todos esperaban destacar  de alguna forma y ser distinto que el de al lado. Nadie podía comprender a los viajeros del este.
Yo viajaba al norte para ver personas distintas a mí. Nunca reflexioné mucho acerca de por qué lo hacía, simplemente iba a la dirección donde acudían las masas.

Viajar al oeste tampoco era bien visto. “Si caminas eternamente hacia el oeste, terminarás de todas formas en el este.” Decían imaginándose como aquellos viajeros del oeste, si bien distintos entre ellos pero con un mismo fin, rodeaban el mundo terminando en aquel despreciable lugar a los que solo pocos acudían.

Atravesé muchas tierras por largos años, disfrutando de variados paisajes y distintas personas que iba encontrando en mi camino. Nunca me sentí realmente emocionada por el norte. Nunca había estado allí y solo me lo imaginaba escuchando las historias de aquellos viajeros experimentados.
Nunca aprecié que el norte era tan genial como lo describían las personas. Había algo que no me atraía de ese lugar, pero no pude comprender qué era. Simplemente seguí mi rumbo como lo más normal del mundo.

Cuando me había acercado bastante a lo que llamábamos norte encontré un viajero en el camino. Me llamó mucho la atención porque éste viajaba al sur. Jamás había visto a alguien viajar al sur. Nadie viajaba al sur. Decían que era un lugar frío e inhóspito, donde reinaba la soledad y la tristeza.
Le pregunté la razón por la cual viajaba al revés que las personas comunes y me contestó algo que no me esperaba. “He ido al norte, y te diré, que ese lugar no es para mí. Todos viajan al norte, a todos les encanta vivir allí. Pero yo no me siento a gusto ahí. Así que haré algo que casi nadie hace; viajaré al sur. Allí es donde me sentiré completo como persona, allí es donde me quiero quedar.”

Le conté que no me sentía motivada viajar al norte, pero que lo hacía porque no conocía otra dirección mejor a la cual ir. No me identificaba con el este ni con el oeste.
El viajero me describió el sur como un lugar alejado de la civilización, donde no existían grandes ciudades como en el norte y donde no habitaba ni el 5% de la población mundial.
“No es un lugar preferido por los viajeros, porque no contiene las atracciones del norte. Es un lugar para personas seleccionadas, únicos en sus gustos y preferencias. Es un lugar con hermosos paisajes, sin embargo nadie de norte lo sabe. Es un lugar donde todos los viajeros se apoyan, se unen y disfrutan mutuamente haber encontrado su lugar ideal. Imagínate que los viajeros del norte ni se imaginan lo felices que somos! Y es que simplemente están cegados con su obsesionado norte que no miran hacia atrás y aprecian aquello que es distinto.”

Algo en mí me alertó. El sur! ¿Por qué nunca se me había ocurrido? Es que nadie me había hablado antes del sur, y yo jamás creí que estaba poblado por humanos!

¿Entiendes? Mi decisión fue tan radical que detuve mi marcha y di media vuelta, rumbo hacia el sur! Durante en camino de regreso fui escuchando todas las historias que me contaba el viajero. Por primera vez estaba emocionada por llegar a un lugar! Nunca antes había imaginado que iría a un lugar distinto al común y que me sintiera tan identificada con sus características.

Ahora sabes lo que me hizo cambiar. Tal vez no lo puedas comprender, porque eres un típico viajero del norte, pero te describiré mi aventura y te dejaré claro que siempre estuve destinado a ello.

II

El viaje hacia el lado contrario se hizo mucho más rápido que lo que había viajado antes. Al principio no quise contárselo a nadie, pero luego pensé, ¿por qué no? ¿Que tiene de malo que sepan que viajo al sur? De todas formas nadie sabe como es el sur, y a nadie se le ocurre ir allí. Al principio creerán que estoy mal y que me enfrentaré a la muerte segura en un lugar inhabitado y frío, pero luego comprenderán que no es como ellos piensan, y tendrán que aceptarlo.

El sur fue muy distinto a como me había imaginado. Solían decir que era el fin del mundo, un lugar cubierto de hielo, sin vida, sin esperanzas. El norte siempre ha sido muy cálido y agradable para la vida ideal.
El sur era frío, si. Pero no como creían los del norte. El sur es un magnífico lugar con hermosos paisajes invernales. La tierra es negra, dura y helada. Pero suele estar cubierta por blancas nieves y escarcha cristalina. Sobre ella crecen los árboles de invierno con sus hermosas hojas grises, casi plateadas, como perlas brillantes cubiertas de arena. Por donde mires hay montañas cubiertas de nieve, campos de hielo. Sobre el mar flotan los inmensos glaciares, los cuales cambian su forma a diario.
Lo más gracioso son las casas de los pobladores. Inconfundibles en su color morado violeta, logran ser vistas desde lejos. Los viajeros del sur acordaron los colores para orientar a cada viajero nuevo, evitando que se pierda en la naturaleza.


Los viajeros del sur fueron muy amables y acogedores, me dieron la bienvenida y me incluyeron enseguida como parte de su población. Instalé allí mi casa y comencé a disfrutar por primera vez el placer de vivir.

III

Los habitantes del sur solían reunirse diariamente a socializar entre ellos. AL principio me llamó la atención sus relaciones, pero luego comprendí y me acostumbré a ellos. A diferencia de los habitantes del norte, quienes vivían la vida a cuenta propia, nosotros lo hacíamos todo juntos. Se efectuaban fiestas por las noches en los cuales se invitaba a los habitantes de los demás pueblos, quienes solían venir muy seguido a pasar el tiempo con nosotros. Yo también comencé a visitar otros pueblos y ver sus costumbres, no eran muy distintas a las nuestras y la idea de unidad era la misma.

Una de las cosas que comencé a utilizar fue el juego de naipes, juego típico entre los habitantes del sur, con el cual nos divertíamos mucho. El ganador siempre era aquel que se quedaba con el As de corazones. El As de corazones representaba para los habitantes del sur la vida lejos del norte. El ser parte de un lugar al cual no acude mucha gente y sentirse satisfecho con su elección. Cada As que ganaba recibía sus merecidos aplausos, obsequiandole un anillo negro el cual lucía orgullosamente en su mano.

Ya ves, suelen tener costumbres distintas, pero no extrañas, ¿verdad? Tu que eres del norte jamás te preocuparías por destacar que eres de allí. No es que no se sientan orgullosos de vivir allí, pero nosotros estamos conscientes de que encontramos el lugar ideal y de que nada nos hará cambiar de opinión. Hemos acogido a personas del este y del oeste. A nadie le importó si venían de un lugar despreciable para la humanidad. Ahora solo nos importa que somos del sur, y de que nos quedaremos aquí.
Te preguntarás en que nos diferenciamos de la gente del norte. Te lo contaré;

Hacemos varias cosas que ellos no hacen, o mejor dicho, ellos hacen cosas que nosotros evadimos.
Los del norte acostumbran a hacer mucho deporte. Su filosofía de vida se basa en la importancia de realizar deporte mutuo. Creen que es una de las cosas más importantes del mundo, y que sin eso, su vida pierde sentido. Algunos gustan hacer deporte con grupos grandes de personas. Otros solo andan pendientes constantemente de encontrar una pareja con quien practicarlo. Lo gracioso es que los que no encuentran a nadie, deciden enfrentarlo solos. Salen a disfrutar del deporte solos y regresan con las esperanzas de no tener que seguir sin compañía.

A nosotros no nos gusta el deporte. Tal vez te suene extraño y no hayas imaginado que existen personas así y te parezca aburrido. Pero nosotros no lo consideramos necesario. Vivimos un estilo de vida sano y sin excesos, por lo tanto no necesitamos del deporte para quedar en forma. Nosotros nos mantenemos así  de nacimiento.  Encontramos que practicar deporte es innecesario.  Y algo que encontramos innecesario no nos hace salir de nuestras cómodas casas.

Como ves, no practico deporte y no me interesa hacerlo, sé que soy un poco floja para el ejercicio físico. En cambio a mi me encantan los paseos tranquilos por el bosque nevado o por las montañas nevadas. Preferimos vivir una vida más tranquila y no tan agitada como ustedes. Los paseos tranquilos son lo ideal. Algunos prefieren ir acompañados, y otros preferimos ir solos. Lo hermoso de los paseos es que en ellos puedes disfrutar el paisaje a tu alrededor. No necesitamos acelerar, agitarnos y sudar para sentirnos bien. Nuestra vida es más tranquila. Pero eso es algo que las personas del norte no entienden, con su acelerado estilo de vida. Pienso que realmente no llegan a disfrutar lo que hacen, porque no se dan el tiempo para ello!

Ahora que conoces algunos aspectos eres libre de elegir si aceptar a los habitantes del sur o discriminarlos como lo hacen con las demás personas que viajan a otras direcciones.
Los del norte nos observan suspicaces, sin comprender nuestra decisión de no haber ido con ellos, haber dado media vuelta y haber cambiado de orientación, abandonando el destino de la gente común.
Espero que los habitantes del norte no consuman tu vida por completo.

Desde el lugar más recóndito del sur,

La As de Corazones


Nota: Imagen de glaciares al sur de Chile

14 de septiembre de 2012

Personas físicas y Personas mentales


Para empezar, por qué escribo este artículo? Porque claramente soy una persona que reflexiona mucho durante todo el día, toda mi vida. Vivo el 80% del día en mis mundos interiores, me imagino situaciones que no existen, en lugares que son producto de mi imaginación. No, no voy a hablar de mi. Voy a hablar sobre parte de mi.

Qué son las personas mentales?

 
Aquí es donde entro yo en juego. Yo soy una persona 90% mental.
Las personas mentales son aquellas que viven más tiempo pensando, meditando, reflexionando, que realizando actividades físicas. Pueden estar todo el día reflexionando temas, situaciones, ideas, proyectos. Pueden ser muy buenos creando proyectos de trabajo, pueden tener las mejores ideas, la mejor imaginación. Pueden ser grandes filósofos en la vida. Lo negativo de ellos es que pocas veces llegan a realizar todo lo que piensan. Muchas veces tienen ideas magníficas de cosas únicas e innovadoras, pero nadie llega a saber de ellas por que entré mas mentales son, menos físicas son. O sea, que en mi caso, hay un 10% de probabilidad de que lleve a cabo mis ideas. Puede ser por “falta de tiempo“ (el que se reemplaza pensando), por flojera, poca motivación, desánimo, o el simple hecho de nos aber por donde comenzar.

Qué son las personas físicas?

 
Mi hermano es una persona física, sospecho  que es un 90% físico.
Las personas físicas son muy activos, suelen trabajar mucho, eligen trabajos de actividad o fuerza física, tanto en el aspecto laboral o en el tiempo libre. Las personas físicas son aquellas que al tener un idea, la llevan a cabo luego de poco tiempo. Ocupan la mayor parte del día realizando alguna actividad física, lo que les dá más energía para continuar con más. Las personas físicas no suelen reflexionar mucho acerca de temas complicados y no suelen preocuparse mucho por algo que no les afecta.


Las personas mentales suelen deprimirse más que las físicas. Las físicas tienen más energía, pasan el tiempo ocupados y no tienen tiempo de pensar acerca del existencialismo de la vida.
Pero las definiciones que acabo de crear son para personas con un gran porcentaje de éstas. Hay personas que son mitad y mitad, pueden hacer ambas cosas en cantidades normales, o una cosa mejor que la otra. Pero hay personas que suelen “exagerar” con su forma de ser y terminan en un solo estado, evitando avanzar. La persona mental nunca avanzará sin alguien físico que realice sus expectativas, y el físico nunca avanzará sin alguien mental que lo guíe.

Lo ideal es que las personas mentales sean aquellas que piensen los proyectos, desarrollen buenas ideas y las plantean a las personas físicas para que éstas las realicen.



30 de agosto de 2012

El fin de "Arenkes" ?


No. No es el fin, pero no lo seguiré publicando por este medio. Aquellos interesados en saber cómo sigue, me pueden contactar y les contaré lo que sucedió con nuestros queridos personajes.




 Silver, Kai



 Kai, Iris y Yo




 Silver, Kai y Aisha




28 de agosto de 2012

Arenkes (9)

Capítulo IX




Kai no había vuelto a llamarme. Habían pasado dos días y solo recibí un mensaje de Aisha preguntándome si todo estaba bien. Ella era un ángel, como siempre. No quise preguntarle sobre Kai, esperé a que ella tal vez lo mencionara.
Fui a visitarla un rato, pero él no se encontraba. Con la visita y la excelente atención de ella me sentí enseguida más cómoda. Era genial estar con ella. Mucho mejor que ir a una sesión de masaje a un Spa.
-“Kai está trabajando.” Me dijo. Hasta ahora aún no sabía dónde trabajaba.
-“Nunca me dijo dónde.” Dije y ella sonrió. Al parecer no era la única a quien no se lo había dicho.
-“Es programador.” Me contestó y me nombró la empresa. ¡Ahora que lo sabía podía ir a sorprenderlo! “Yo también me voy en un rato. Pero vendrá Silver, si quieres acompañarlo.” Dijo Aisha con su delicada voz.

Silver y yo quedamos en casa de Kai, sentados ante en gran ventanal mirando hacia el mar. Era un día invernal, estaba nublado con mucho viento. El mar era de un gris oscuro, con muchas olas, bravo por el viento. Pero dentro se aspiraba una paz, que no había sentido hacía días. Todo estaba tranquilo, en silencio, con la estufa prendida, en el ambiente un aroma a vainilla, disfrutábamos de un café latte. ¿Cómo alguien tan extraño podía vivir en un departamento tan agradable? Nunca iba a dejar de preguntármelo.

Le conté a Silver lo que me había sucedido en Rancagua, en la celda. Como conocí a Iris y cuando me confesó ser mi hermana. Silver me escuchaba con atención, interesado en mi historia, al contrario  que Kai. Le conté que él no había tomado en cuenta mi historia.

-“Si realmente es tu hermana, entonces debes hacer lo posible para que la encuentres. ¿Tienes alguna referencia?”
-“No, no sé por dónde comenzar a buscarla…”
-“…O que ella te busque a ti.”
No dudaba en que lo hiciera. Al menos sabía en qué ciudad vivía.
-“¿Sabes cuantos arenkes hay aquí? Los que se conocen por ahora, ¿son todos, o hay más?”
-“Hasta ahora solo se de aquellos que conocemos, no sabemos si hay más.”

-“Silver, dime, ¿por qué es Kai tan antipático conmigo? ¿Por qué no puede tratarme más amablemente, como a su amada, Aisha?”
-“¿Aisha? ¡Pero si ella no es su novia! ¡Ella es su hermana! Al menos que sean más que hermanos.” Se reía.
-“¿Son hermanos? Pero… entonces… ¿por qué la trata como a su novia?”
¡Son hermanos! ¿Cómo pude creer que él estaba enamorado de ella? ¿Por qué nunca me la presentó como a su hermana? Me sentí como una tonta.
-“Si, su hermana menor, y única familiar de la que yo sé. La personalidad de Aisha da para tratarla como a una deidad. ¿No te parece?” Sonrió. Tenía razón. “Pero Kai no tiene novia.”
-“¡Claro! ¿Quién lo aguantaría?” Dije y Silver se rió.
-“En realidad él no es como lo describes. Tal vez contigo sea así, pero en la realidad es muy distinto, no es antipático. En su mejor estado lo podría comparar con su hermana. Aunque ella nos supera a todos.”
-“Eso lo quisiera ver…”
¿Por qué conmigo es así? ¡Nunca lo podría comparar con Aisha! Ella es todo lo contrario… su hermana. ¡Su hermana! Había entendido por qué me negó lo que le dije, la última vez que lo vi.

Me sentí muy estúpida en ese momento. ¿Cómo pude haber pensado todo el tiempo en algo de lo que nunca tuve la certeza?
Todo el tiempo me había basado en algo que nunca fue.  ¿Y ahora qué? Necesitaba verlo…

Recordé que Aisha me había contado donde trabajaba. Decidí realizar mi idea; visitarlo sorpresivamente. Después de todo, si no tenía novia aún podía tener una oportunidad… aunque aún me costaba aceptar lo que sentía por alguien, con quien no tenía la mejor relación. ¡Si al menos no me hubiera tratado tan mal! Los momentos más geniales con él habían sido cuando me llevó por primera vez al barco, esas noches cuando aprendí a volar. O cuando dormimos juntos entre el pasto seco, bajo los árboles de Maitencillo. ¡Lo que daría por volver a vivirlo!
¡Debía verlo! Debía ir a visitarlo al trabajo.


No fue muy difícil encontrar la empresa, no quedaba lejos del centro.
Entré al edificio y sentí como la atmósfera de oficinistas aburridos me ahogaba. Todos vestidos del mismo color, atados del cuello a su aburrido trabajo. Todos esclavos de la rutina y el orden. Me encaminé hacia uno de los pasillos con alfombras grises y paredes lisas. Buscaba con los ojos entre la gente a un ser no humano entre ellos. Pero no obtuve resultados. No era el departamento de informática. Seguía mi camino atravesando salas de espera donde gente aburrida esperaba ser atendida por gente más aburrida. Era increíble que alguien como Kai trabajara entre ese montón de monotonía.
Llegué a una oficina al final del pasillo por la cual no pude pasar sin tener que explicarles hacia donde quería ir. Me detuve tratando de recordar el nombre de Kai para decírselo al oficinista de turno pero nada llegó a mi mente…
Un tipo gordo medio ahogado dentro de su uniforme apretado salió de su oficina dirigiéndose hacia el oficinista de turno. Éste lo saludó cansado entregándole algunos documentos que no podían ser menos tediosos que el estar sentado todo el día frente a un computador solucionándoles las consultas a los clientes.

-“Ángeles decían… pero nunca fueron ángeles los involucrados.” Le decía el gordo al flaco. Me detuve y decidí no entrar a la oficina.
-“De hecho tampoco son personas. No son humanos.” Le contestó el oficinista.
El gordo observó los documentos que tenía en sus manos y comenzó a ordenarlos. ¿Por qué tenía que hacerlo precisamente ahora? ¡Quería alcanzar a escuchar la conversación antes que notaran mi presencia!
-“No lo son, son seres… artificiales.” Asintió el gordo luego de pensar la palabra adecuada sin encontrarla.
-“Tampoco.”
¡Podía quedarme dormida escuchando la conversación!
-“Sí que lo son. Son artificiales.” Dijo nuevamente el gordo haciéndose el inteligente. El flaco alzó la vista, se ajustó los anteojos y abrió lentamente la boca para pronunciar su opinión, como si en ello ocupara toda su fuerza.
-“Que no, artificiales no. Son seres manipulados genéticamente. El resultado es una especie de ángeles.
-“Eso para mí es ser artificial, cuando ya no son humanos naturales, y manipulados.” Decía el muy estúpido.

¿Manipulados genéticamente? ¿Éramos una especie creada en el laboratorio? ¡Nunca había escuchado eso!
-“De todas formas ellos se salieron de control, comenzaron a reproducirse y se perdieron la cuenta en el mundo. Han logrado eliminar algunos pero aún quedan muchos por buscar.”
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mis piernas comenzaron a temblar. ¿Por qué nadie me había contado esto antes?
-“Eso sucede cuando los genetistas no hacen su trabajo tan bien como nosotros…” Se reía el flaco forzando las arrugas de su rostro.

Ya veo… “en ese caso debemos tener pésimos genetistas en este país. Ya que no se nota que ustedes hagan su trabajo bien” pensé.
Los tipos seguían conversando de cosas sin sentido, yo di media vuelta y me retiré del edificio. Me bastó escuchar eso y no quise saber más. ¡Kai me debía una explicación!

Al anochecer lo llamé al celular.
-“Yo también quería decirte algo.” Me contestó.
Le conté mi experiencia en su empresa y lo que había escuchado de los oficinistas. El no parecía sorprendido de que había descubierto su lugar de trabajo. Escuchó con paciencia todo lo que tenía que contarle sin interrumpir. Parecía relajado.
-“No.” Fue su respuesta, “Lo que escuchaste allí fue la típica conversación de dos ignorantes.”
-“¿Qué es incorrecto?”
-“Todo. Nosotros no somos el resultado de una manipulación genética. Ese rumor lo comenzaron los cazadores de arenkes, para confundir a los demás y llevarlos en nuestra contra. Pero no es cierto, no somos una especie creada en un laboratorio, tenemos el mismo origen que los humanos, solo que en la historia hemos sido representados como ángeles para ocultar nuestra identidad.”
So voz sonaba muy tranquila pero decidida. Daba la impresión como si hubiera estado en paz absoluta consigo mismo. No fueron muchas las veces que lo escuché hablarme de ese modo.

-“¿Por qué estás tan calmado?” Me atreví a preguntarle.
-“Después de mucho meditar he tomado una decisión importante. Quiero compartírtela.”
Estaba muy curiosa ¿con qué me vendría ahora? Mi corazón aceleró, presentí que iba a suceder algo importante… pero no quería adivinar nada.
-“Dime…”
-“Dany,” me llamó por mi nombre “Debo despedirme de ti. Me iré y tengo planeado no regresar en mucho tiempo. He tenido un lío sentimental y no lo he podido resolver. Las cosas no me han salido bien, y he sido el culpable de la situación. Sé que no nos llevamos bien, y sé que no me vas a extrañar, así que solo te diré el adiós por aquí, mañana cuando despiertes, ya no estaré en la ciudad. Me disculpo por el modo en el que me comporté contigo, pero no fue porque me molestes, sino por el problema que tuve. Me he auto estresado  y me he deprimido, no puedo tomar las riendas de la situación. Yo sé que te llevarás mejor con Silver que conmigo, yo no fui un buen tutor para ti. Espero que todo te salga de maravillas, yo me tengo que ir. Buenas noches, adiós.”

Lo único que puedo decir, es que esa noche no dormí. Ni las noches siguientes, ni las siguientes a éstas. Mi vida se había convertido en un vacío, y ese vacío en un problema de mi existencia.



















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(En edición)

Los capítulos continúan pero no serán publicados por este medio. Se compartirán con personas conocidas que los soliciten personalmente.

17 de agosto de 2012

Juego


Acércate, sedúceme, lánzame de un golpe al suelo
y con un beso vuélveme a levantar.

Me levanto, me acerco, intento abrazarte
pero te corres, te vas, y luego huyes.
me cuentas canciones de amor para dormir
y en mi sueño profundo te vas con otra.

Ella te baña de palabras vacías sin sentido,
luego regresas a mi como si no pasó nada.

Respiro profundo, abro mis brazos para ti, 
y hago como si nunca hubiera pasado nada.

(Foto mía)

12 de agosto de 2012

Arenkes (8)

Capítulo VIII



Recuerdo cuando yo tenía unos cuatro años. Iris tenía catorce. En ese entonces vivía con mi familia al sur de la ciudad de Puerto Montt. A unos mil kilómetros al sur de donde me encontraba encerrada. Ella iba todos los días a mi casa a pasar el rato conmigo cuando mis padres se iban a trabajar. Recuerdo esos bellos momentos cuando jugábamos entre la hierba cuando había sol. Estaba toda la tarde conmigo, y a veces se quedaba hasta muy tarde. Entonces me contaba historias mientras esperaba que yo me quedara dormida. Pero lo que ella me contaba era tan interesante, tan emocionante que en vez de dormir me entraban ganas de saltar de la cama y hacer las historias realidad. Recuerdo que muchas de esas historias eran sobre arenkes. Claro que no tenía idea que tal vez muchas cosas que me contaba, eran reales. Era como cualquier cuento, con sus héroes y sus villanos. Luego ella me decía “Buenas noches, arenke” y me besaba en la frente. En mis sueños volvían a repetirse las imágenes de las historias.

Me había llamado arenke varias veces, después de cada cuento. ¿Era coincidencia?  Entre más pensaba en eso, más me llamaba la atención, que desde pequeña siempre estuve conectada con los arenkes, y yo solo creía que venían de la imaginación de Iris. Ella siempre supo que fue una de nosotros, pero ¿acaso sabía lo que yo era? ¿O solo me llamaba arenke, así como a las niñitas se las puede llamar hadas? Era imposible que ella supiera algo, ya que mis padres no lo eran, y yo nunca lo supe hasta cumplir veinte.

Han pasado muchos años desde entonces y la he vuelto a ver, adulta. Coincidió en que las dos somos arenkes, pero ella se infiltró entre los cazadores para ayudarnos… tenía tantas ganas de contarle todo, sobre los demás, sobre Kai, sobre mi transformación… Pero no podía salir de la polvorienta celda aburrida donde nunca se escuchaba ningún ruido del exterior, solo las moscas en la ventana y el tiempo que parecía detenerse eternamente…

No había dormido bien en mi celda, por lo tanto llevaba muchas horas despierta. Comprobé lo que me habían dicho. ¡Realmente era posible! Pero era cansador, extrañaba tanto las sábanas suaves de mi cama.

No la vi a Iris hasta el día siguiente cuando me trajo el almuerzo, algo atrasado.  Cuando le pregunté sobre su ausencia solo movió la cabeza, “Tenía cosas que hacer…” Pero se quedó a mi lado a esperar que vaciara el plato de sopa. Estaba algo seria y no parecía tener ganas de conversar. Comencé a contarle las coincidencias de mi infancia y ella mostró interés en escucharme. Una sonrisa pasó por sus labios y el aburrimiento se había acabado. Me dijo que tenía mucho que contarme, pero no quería echar a perder el momento. No entendí que se refería con eso. Se fue con mi plato vacío y no regresó hasta el anochecer.


-“Me escapé un rato, necesitaba verte.” Regresó Iris cuando casi estaba oscuro.
Me había traído la cena. Se tendió sobre el colchón y comenzó a contarme.

-“Te contaré algo que tal vez te sorprenda mucho, pero no debes dudar en ningún momento de mi palabra.” Me dijo y yo asentí, “Primero que nada debes saber que un arenke nace, cuando uno de los dos padres, o ambos, también lo son.”
-“Yo sé que soy adoptada, mi tutor me lo dijo, luego yo lo comprobé.” Agregué y ella se sorprendió.
-“¿Y que más sabes?”
-“Solo eso…”
-“Está bien,” Prosiguió aún sorprendida. “Fuiste muy pequeña cuando quedaste sin padres. Entonces me dijeron que fuera a cuidarte, porque eras una arenke, pero nunca te ibas a enterar si te crecías entre humanos. Y al momento de tu transformación no ibas a entender lo que pasaría. Pero lamento no haber estado presente en ese momento. Yo te contaba historias sobre arenkes, para que al menos tuvieras en tu subconsciencia la idea de la existencia de nosotros. Pero luego, antes de mi transformación tuve que irme de Puerto Montt. Desde lejos me informaban lo que hacían, cuando pasaste a la secundaria, cuando la terminaste, y luego perdí tu rastro cuando entrase a la universidad. Mi transformación sucedió  cuando tuve diecisiete años, no pensé que la tuya fuera recién a los veinte. Pero no te ofendas, en cada persona es distinto.”

¡Ella siempre supo que yo era una arenke!
-“¿Sabes algo de mis padres verdaderos?” Le pregunté…
-“Si…
-“¿Me lo contarás?
En ese momento se escucharon unos ruidos sobre el techo. Esperamos en silencio, pero no sucedió nada.
-“Ellos fallecieron cuando tenías unos dos años…”
-“¡¿Por qué?!”
-“Los cazadores de arenkes…” Respondió. En ese momento la rabia me invadió. ¡¡Los cazadores de arenkes!! ¿Qué les habían hecho? Debía vengarlos… Recuerdo que Kai también me había dicho algo así sobre su madre.
Iris me tranquilizó al notar mi ira.
-“¿Los conociste?” le pregunté.
-“Si, por eso estoy aquí haciéndome pasar por una de ellos. Necesitan una lección.”
-“¿me contarás sobre mis padres?”
-“En otra oportunidad, cuando salgas de aquí.”

Cuando salgas de aquí, me recordó a todo lo que había afuera, libertad, bendita libertad. Nuevamente se escucharon ruidos sobre el techo, más fuertes. Miré por la ventana, pero no habían prendido la luz del patio, y no pude distinguir nada. Debían ser gatos.

-“iris, ¿Cuál es tu nombre de arenke?”
-“Isis, como la diosa griega.” Sonrió. No había mucha diferencia.

-“Ambos padres eran arenkes. Tengo la impresión que tienes el mismo carácter que ella.” Dijo luego de una pausa.
-“¿Por qué te pidieron a ti que me cuidaras de pequeña?”
-“Nuestros padres nos dejaron… y yo no podía criarte sola, ni llevarte conmigo.”
-“¿Eres…. eres…?”
-“Si, lo soy, hermanita.”

Afuera gritó un hombre, luego oímos varios gritos, y algo golpeó fuertemente en mi ventana rompiendo el vidrio. Nos asustamos mucho adentro. No sabíamos que pasaba. Notamos que se estaban peleando. Madera se estaba rompiendo afuera y luego alguien corriendo hacia la puerta de mi celda. La cerradura comenzó a temblando. Estaban forzando la puerta. Nosotras la habíamos cerrado por dentro y esperábamos con susto lo que iba a suceder en los próximos minutos.

Lograron forzar la puerta, que se abrió de un golpe. Detrás en la oscuridad pude reconocer a alguien.
-“¡Kai!” También estaba allí Silver y varios más. Kai me tomó de los brazos y me tiró fuera de la celda. Yo gritaba, quería contarle quien era Iris. Pero éste no me escuchó, me tomó y me sacó de allí lo más rápido que pudo, yo trataba sin lograrlo, soltarme de sus brazos. Pero no pude. Iris nos siguió corriendo, pero los demás la detuvieron. ¡No sabían que era una arenke! La tomaron, la llevaron de vuelta a la celda y la encerraron. Yo pataleaba gritando que no lo hicieran, pidiéndole a Kai que me escuchara. No lo hizo. ¡Nunca lo hacía!
Llegamos al patio y allí habían más arenkes, ¡habían venido muchos! Cuando me vieron, abrieron sus alas y emprendieron la retirada. Silver me tomó y me llevó en sus brazos. Definitivamente no quería ser llevada por Kai de vuelta.
-“Que bueno que te encontramos, no imaginas lo que nos habíamos preocupado, te buscamos por muchos días.” Me dijo.
Yo no quería decir nada. Estaba desilusionada. Al fin había encontrado una pista de mis padres, y a mi hermana, y nuevamente  vuelven a separarme de ella. El destino me está jugando la contra con mi familia.


* * *


De vuelta en Viña del Mar. No sé cuánto demoramos en llegar, me dormí a medio camino. Me despedí de Silver y Kai me llevo a mi casa. No pudo comprender por qué estaba tan enojada.

-“Sabes que acabas de sobrevivir a algo muy peligroso,” comenzó su discurso. “No tienes idea de lo que son capaces los cazadores de arenkes. Muchos de nosotros que han caído en sus redes, no han vuelto a salir con vida.”
-“¡Lo séeee!” grité recordando lo que me había contado Iris. “¡Nunca tuviste la delicadeza de decirme que soy adopada! Fue algo tan simple y obvio para ti. Pero allí en la celda conocí a alguien, una arenke que se hacía pasar por cazadores de arenkes…”
El movió la cabeza.
-“¿La mujer que estaba contigo en la celda? Lamento decepcionarte, trabaja con los cazadores, no es una arenke.”
-“¡Pero escúchame! No lo es, solo lo hace para ayudar a aquellos que caímos en sus redes.”
-“¿Ayudar? ¿Y te ayudó en algo? ¡No! Fuimos nosotros los que buscamos tu pista, fuimos nosotros que buscamos día y noche, sin descansar, y encontramos el edificio de ellos.”
-“Kai, ¡ella es mi hermana!”
-“¡No hables tonterías! Ni siquiera sabes de lo que estás hablando. Opinas sobre cosas que se basan plenamente en tu imaginación. Primero que nada, ¿comprobaste que ella es arenke? ¿Le viste las alas?”
No las había visto. Pero creía firmemente en lo que ella me contó. Kai no me iba a hacer dudar. La conocía de pequeña, solo que ella nunca me había revelado su identidad hasta ahora.
-“¡No Kai, déjame tranquila! ¿Por qué me tratas tan mal? ¿Por qué no me tratas con más delicadeza como a Aisha? ¿Por qué conmigo eres así y con Aisha eres diferente? ¡Solo porque estás enamorado de ella la tratas como a un ángel!”
Kai me miró con sus grandes ojos oscuros, apartó la mirada
-“No. Eso no…” murmuraba. Sus ojos se mantenían pegados en el suelo. “No es así…” Dijo en un tono triste y decepcionado. Abrió la puerta de mi casa y se fue.
¿Quién puede comprenderte? Pensé. 



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