17 de mayo de 2020

El té

 Y la cuestión del té... uff, no se cómo contar esta historia.

Había un té aromático que yo solía preparar, y aquel que se lo tomaba, se enamoraba de mi. Pues si, así es, lamentablemente. 

Lo descubrí después de mucho tiempo, cuando ya había quebrado esperanzas y huido de propuestas. Solo se lo daba a uno, a quien quise que nunca se fuera. Aquel se iba embriagando semanalmente con ese brebaje delicioso con aroma a madera dulce.

Anda, que no me di cuenta antes. Básicamente porque no tenía efecto sobre las mujeres. Entonces lo convidaba ocasionalmente para rellenar el tiempo monótono de las visitas. No me di cuenta que cometía un error, que influia sentimientos sobre aquellos que no me interesaban. Pues si.

Entonces decidí cambiar mi receta y dejar ésta solo para aquel que la bebería eternamente junto a mi.

Si ahora me preguntan sobre ella, diré que no la recuerdo. Diré que fueron cuestiones de juventud, que a éstos años ya olvidé. 

La compartí sigilosamente a mis hijas cuando algún pretendiente suyo me convencía del todo. Se la compartiré también a los adecuados para mis nietas.

No diré jamás qué había sido aquel conjuro que conquistaba esos corazones.

 


14 de abril de 2020

El pantano


Tú y yo estábamos sentados sobre pasto, rodeado de arbustos, a orillas del pantano. Estábamos observando el futuro.
El pantano era hermoso, se extendía desde nosotros hasta el final lejano, a cada lado de nuestra ubicación, alcanzaba todo lo visible. El bosque a nuestra izquierda crecía en el pantano, lo cual lo hacía imposible de penetrar.
El pantano era grisáceo, de aguas espesas con algas verdes. Sin embargo su aspecto era tan hermoso, como nuestra vida, como tú para mí, como nuestro amor.

Deseábamos cruzarlo para llegar hasta su final; nuestro futuro; queríamos conocerlo.
Me dijiste que preferías nadar, lo cual me extrañaba, pues tú no sabías nadar. En este entonces sabías, quería aventurarte, a pesar de tu poca experiencia. Era peligroso; podrías enredarte en las algas, podría pasarte algo. Yo como experta nadadora sabría defenderme, pero temía por ti. Yo propuse cruzarlo en una barca.
No había barca, ni nadamos, por lo tanto regresamos por el lodo, hacia donde habíamos llegado.

¿Queríamos continuar en aquel pantano, e incluso meternos en él? Por muy hermoso que se presentaba, era un pantano espeso y muy peligroso.

Y Entonces nos alejamos del pantano. Y desperté.

31 de enero de 2020

Accidente nocturno

Tuve un viaje en tren por el bosque. Fue un viaje algo incómodo, ya no recuerdo bien por qué, tampoco sé hacia donde iba. Yo creo que viajaba (como suelo hacer algunas veces por la noche) al futuro.
Cuando me tocó regresar ya era muy tarde, y no había tren. Entonces decidí caminar por la carretera. Era de noche, no había luz alguna, y mi instinto guiaba mis pasos. A mi alrededor se elevaban los árboles. La carretera estaba vacía y yo me encontraba sola.

De pronto mis zapatos comenzaron a hacer un ruido extraño, y era porque estaban caminando sobre algo pegajoso que en un principio no reconocí. A medida que avanzaba, mis zapatos se fueron pegando a aquel líquido sobre el asfalto. Y entonces lo reconocí. Se me aclaró la escena y vi la carretera teñida de sangre, y yo caminaba sobre ella. Era horroroso.

Unos pasos más allá vi la causa, y aunque poca relación tenía, lo comprendí de inmediato: Me encontraba ante un vehículo, cuya parte delantera había estallado contra una pared al borde del camino. Estaba apagado, el accidente había sido reciente. Las puertas delanteras del sedán se encontraban abiertas. No pude ver al conductor, cuya sangre yo venía pisando.


Fui llevada otro escenario.

Había viajado en bus urbano a un lugar cerca de mi casa, y de regreso, al atardecer no pude volver a tomarlo, pues habían cortado el tránsito.
Caminé a orillas de la carretera junto a las demás personas que también debían ir a pie. A medida que bajábamos el cerro se iban comentando que el tránsito fue cortado por un accidente en la ruta. Estaba anocheciendo.
Y entonces lo vi de nuevo, tal cual, sin diferencia; El conductor había estallado contra la pared, tiñendo el camino con su sangre, y yo no lo pude ver dentro de su vehículo abierto.

Desperté al instante.

2 de enero de 2020

Viviste

Me encontré rodeada de gente, las cuales hablaban animadamente.

Me acerqué y vi en el suelo a dos personas sin vida. Yo conocía a ambos. Los dos conocí, y conocería, significó y significaría, algo particular en mi vida. No sabía que había sucedido, pero allí me encontraba yo observándolos desde un lado.

Hacía unas semanas atrás me había preguntado si yo tenía permitido utilizar un conjunto de palabras que yo temía pronunciar; quizás por temor, o por no sentirme suficientemente capaz, o no tener el honor y la fortaleza para usarlos. Pero en ese preciso momento las necesité tanto.

Y las pronuncié. Cada una de ellas, hasta formar la frase completa. Con poder, amor y dominio propio. Al finalizar exclamé:

“Levántate”.

Y tú te levantaste y volviste a la vida.

La otra persona se difuminó en el recuerdo de su existencia.
En algún momento desperté.

Abril 2017

Otra


Recuerdo cuando me perseguías en sueños, cuando te había visto en aquel hotel con aquella mujer, e intentaste seguirme dándome a entender que me preferías a mí. Apenas nos conocíamos. Me interesabas pero pensé que no había nadie en tu vida.

Muchos meses después, cuando ya no estabas con ella, y estabas conmigo, me quisiste mostrar aquel hotel. Decías que tenía un árbol dentro, o algo así.

No recordabas que los tres ya habíamos estado allí.
No era el lugar, era la existencia de uno.
También ese sueño, como los demás, tenía razón. El sueño sabía más que yo.


Abril 2017