21 de julio de 2012

Decisión


Afuera llovía sin piedad sobre aquel viejo pueblo. El viento golpeaba contra los tejados acompañado de truenos y relámpagos.
Una mano golpeó tímidamente mi puerta. La abrí y detrás de ella aparecieron unos ojos tristes sin esperanza alguna.
-“Quiero saber el secreto de la vida, ¿quieres somos? ¿Adónde vamos? ¿Por qué vivimos? ¿Qué hay luego de morir?” Susurraba sus lamentos cada vez más despacio, como si fuera a ahogarse.
Lo invité a pasar con un leve movimiento de manos.
-“Todas tus dudas te serán resueltas si decides entrar. Solo debes elegirlo, decidirte.”
Dudó un momento, al parecer estaba decidiendo los pros y los contras.

-“De todas formas no tienes nada que perder.” Agregué.
Eso pareció convencerle. Alzó sus ojos y me observó. Me alzó su brazo, le cogí la mano entrándolo en mi casa. Cerré la puerta lanzando una última mirada hacia la oscura noche.

Ya adentro se unió a la gran fiesta, calidez y alegría rodeaban su corazón y olvidó todos sus problemas y lamentos que algún día había tenido durante su vida. Con una sonrisa en sus labios me di cuenta que estaba satisfecho, y todas las dudas que había tenido en ese momento ya no fueron un dilema.




1 comentario:

Anónimo dijo...

volvé a publicar la novela!