29 de junio de 2009
21 de junio de 2009
Bajo el Eclipse Lunar
en el destello de un sentimiento que nosotros escogimos
con mil textos que escribimos volando sobre la orilla
y que se pierden en ese azul tan negro sobre nuestras cabezas
ha de volverse un sueño tan profundo jamás soñado
que desciende desde las profundidades de los mares
y nos envuelve con el sentimiento más que la razón.
Un eclipse debió apagarlo todo cubriendo la pálida luz
a la cual estuvimos atados por los siglos de los sueños.
Luchamos por corregir la luz que agonizaba allá arriba
y descubrimos que estábamos libres de ella y de todo lo demás
teniendo que aprender a unirnos por nuestra propia decisión
sin nada que garantice ese imán que une brazo con brazo.
El eclipse nos había dado libertad para escoger.
Volvimos a la playa en una de esas tardes de invierno
con los campos cubiertos de tierras blancas y frías
las cuales nos recordaban a nuestra niñez en el pasado.
Identificamos las luces que brillan en las noches descubiertas
y volvimos a ver nuestro símbolo de luz que un días nos correspondió.
Una constelación representando aquel tiempo anterior.
Recordamos la libertad de aquel eclipse y tuvimos que decidir.
Con la tempestad del mar que traen los vientos helados el norte
pactamos nuevamente unidos por decisión propia.
Esperamos en la orilla para que el mar una lo que un día un eclipse separó.
Bajo la blanca y pálida luz que nos escogió, nos escogimos nosotros.
Bajo la constelación en que dejamos nuestra huella
y sobre los campos de hielo que cubren nuestra historia.
Desafiamos la libertad del eclipse por última vez.
15 de junio de 2009
¿Cuantas veces más...?
9 de junio de 2009
Y ustedes los humanos, ¿cómo lo definen?
“Si tanto tienen una definición para cada cosa que existe, traten de definir lo siguiente, pero con definiciones a su nivel y límite de pensamiento e imaginación. Por ejemplo lo infinito para un ser humano puede parecer inmenso, pero para otro ser no.”
6 de junio de 2009
Gotas de Lluvia
3 de junio de 2009
Fracaso por decepción
miró hacia el horizonte
su lugar de sueño e ilusión
pero que no podía poseer
por pertenecer a un susurro
se volvió al horizonte
y vio la sombra de su nuevo amor
y tuvo que escuchar el silencio
pero el silencio estaba roto
y quien le susurraba a su lado
se cayó al silencio en trizas
El horizonte se tiñó de rojo
dejando ir la ilusión para siempre
entonces su amor cayó en desinterés
y su susurro se apagó
y la soledad se encargó
No lo había visto ir
ya estaba todo diferente.
El horizonte y la sombra, felices
y ella con el recuerdo del susurro
y del sabor del que se había ido.
El Nunca se dio cuenta
hasta un día verla mirar al horizonte
y ver una lagrima llover de su luna
y por fin entender
que su luna había estado abierta al horizonte
y que éste había roto su sueño por una sombra.
El horizonte y la sombra seguirán felices
pero el susurro jamás podrá reparar en ella una emoción.