15 de junio de 2012

Arenkes (2)

Capítulo II



-“¿Por qué será que no tiene un tutor?” se preguntaba a sí mismo mientras me tomaba del brazo llevándome rumbo al puente. Al parecer no esperaba respuesta.
-“¿Por qué debería tener uno?” Pregunté.
-“¿Por qué? ¡Todos debemos tener uno! Es como cuando naces, o te crían tus padres o te crían otras personas, de todas formas te cría alguien que te enseña a caminar, a hablar, te educa…”
-“Lo sé, pero… de un día para otro me nacieron alas, ¿Quién se supone que debió haber sido mi tutor?”
-“¡Pues tus padres! Ellos también deben ser arenkes.”
-“¿Arenkes?”
-“Arenkes: Seres de figura humana con alas.” Dijo un tanto molesto, “Si tú eres arenke, tus padres también lo son.”
-“A mi jamás nadie me contó sobre la existencia de arenkes. Estoy bastante segura que mis padres no tienen alas.” Me defendí.
-“Entonces lamento decepcionarte; ¡eres adoptada!”
Fin de la discusión.

¿Adoptada yo? Eso me desconcertó algo. Si mis padres no son arenkes, entonces ellos no son mis verdaderos padres. ¿Qué hay de mis verdaderos padres? ¿Por qué no me criaron? ¿Tendré más familiares con alas?
-“Lo que debes hacer es lanzarte de este puente… volando por supuesto. Quiero ver como lo haces.”
-“pero si ya me estuviste observando desde aquel árbol.”
-“O haces lo que te digo o no pierdo mi tiempo contigo.” Fue cortante. No me gustó ese tono.

Me paré sobre el borde del puente y repetí lo que había hecho anteriormente. Sobrevolé mi calle, traté de dar la vuelta lo más perfecta que pude y regresé al puente. Sentí que había logrado mis expectativas.
-“Eres algo insegura, arenke, pero con el tiempo lo harás mejor.”
-“Emm… me llamo Dany.”
Me observó como si hubiera dicho algo fuera de contexto, pero luego asintió.
-“desde ahora te llamarás Darcy. Como arenke debes usar un pseudónimo.”
-¿Y cuál es tu nombre?”
-“Puedes llamarme Kai.”
-“¿Y tu nombre real?”
-“No te lo diré.”
¡Qué tipo tan extraño y malhumorado me tocó de tutor!
-“¿A qué te dedicas?”
-“Trabajo en una empresa.” ¡Qué obvio! Pensé.
-“¿Y… en cuál?”
Se dio vuelta con expresión de enojado.
-“No estoy aquí para hablar sobre mi vida personal.”
¡Valla, que tipo! Tendrás que acostumbrarte, Dany-Darcy., me dije y sonreí con ese pensamiento.


Se paró sobre el borde del puente y me hizo un gesto de seguirle. Abrió sus enormes alas negras e hice lo mismo. Yo era bastante lenta a su lado, así que él tuvo que mantener mi ritmo. Yo aleteaba lo más rápido que podía, en cambio él aleteaba de vez en cuando manteniendo las alas fijas dejándose llevar por el viento. Eso debía aprenderlo para no cansarme tan rápido.
Me llevó a la playa que quedaba cerca y aterrizamos sobre una torre de vigilancia.
Lejos en el horizonte se distinguían las luces de los grandes barcos que esperaban la entrada al puerto de Valparaíso. No hacía frio y no había mucho viento a pesar de que estábamos casi en invierno.


-“Tengo ganas de volar hacia esos barcos y apreciarlos de cerca. Son gigantes.”
-“¿Y qué harás para que no te descubran?”
No había pensado en eso. Sería lindo pasear por esos barcos en la noche, pero si ellos descubrían alguien ajeno allí, tratarían de encontrarlo como fuera. Además no era conveniente que me vieran volando.
-“Está bien, iremos a los barcos, pero no estaremos mucho tiempo sobre ellos, es arriesgado.”
Me sorprendió a que accediera.
Me sentí algo insegura, no sabía si iba aguantar ese trayecto. La distancia hasta los barcos era grande. No quería cansarme.
Abrí mis alas al vuelo.
Sobrevolamos el mar. El agua estaba negra. El cielo estaba oscuro. Todo estaba en silencio, solo el aleteo de nuestras alas rompiendo la tranquilidad de la noche.

Creí que no lo iba a lograr, ¡pero lo hice! Llegué hasta el barco bastante cansada.
-“Lo hiciste bien… como para ser el primer día.” Me felicitó Kai.
Miramos por el borde del barco, no había nadie. Subimos a cubierta en la proa. Era un barco cargado de contenedores de otros países. Me senté en el suelo. Kai curioseaba los rincones. Habían muchas cosas en el suelo consideraba basura para mí.
No había luna. Estaba nublado.

-“Viene alguien.” Susurro Kai acercándose a mí.
¿Y ahora qué? Tengo alas pero no soy invisible. Kai me tomó del brazo e hizo un gesto a que lo siguiera. Hizo algo ridículo.
Se agarró de las manos del borde del barco hacia fuera con los pies en el aire. Si se soltaba, caía al mar.
-“Así no nos verán. Al menos que sea detallista y note las manos.”
El guardia rondaba por cubierta inspeccionando el área. Mientras tarareaba alguna canción se sentó sobre un objeto que no reconocí. Él estaba de espaldas pero el problema es que estaba colgada de mis manos del borde grueso. No podía resistir por mucho más tiempo. Kai lo notó y me hizo un gesto de acercarme a él.
Soltó una mano y me la puso en la cintura. Yo me solté del borde. La mano de la que estaba colgado resbaló y juntos caímos hacia abajo. Retuve un grito ya que creí que iba a caer al mar. Pero sus alas fueron más rápidas.
-“Te llevaré de regreso así ya que tendremos que ser rápidos.”
Vi que el guardia aún estaba de espaldas, y que no había notado nada.

Kai me sujetaba con sus brazos de la cintura. Emprendió vuelo rápido hacia la costa. ¡Muy rápido para mí! Pensé, ¿Cómo lo hacía? Yo era muy lenta, ahora pude notar que un arenke podía ser realmente rápido si lo quería. Sus alas no hacían ruido alguno. En menos de la mitad de tiempo que demoramos en la ida, llegamos a la costa. Me soltó una vez alejados de la playa. Había sido una experiencia fantástica. Yo estaba emocionada y supuse que en mi rostro se notaba. Kai me sonrió. ¡Sabía sonreír! Al menos hacía el intento.
-“Te acompañaré a tu casa, debes descansar.”
Mi emoción se esfumó. No tenía ganas que la magia se terminara ahí sin más. Tenía ganas de seguir volando y explorar los aires. Pero acepté que era recién el primer día, tenía muchos más por delante.

-“¿Conoces otros arenkes?” Pregunté curiosa si había más personas como yo.
-“Conozco varios. Aunque no somos muchos, en todas partes siempre hay algunos.”
-“Interesante…”
Caminamos por la avenida principal hasta llegar al sector donde vivía. Al entrar por una calle cercana a mi casa emprendimos vuelo seguros que no había nadie observando. Volamos bajo el puente y llegamos a mi casa.
-“¿Qué hacías escondido sobre ese árbol?”
-“Estaba esperando que apareciera un amigo arenke que últimamente duerme en el puente. Pero en vez de eso te vi a ti con tus alas blancas.”
Sonó como si le hubiera echado a perder el plan.
-“La próxima vez te llevaré a conocer más arenkes. Por ahora no intentes volar más lejos que por aquí cerca. Recuerda que nunca debes volar bajo en avenidas principales o calles anchas. De todas maneras no quiero que vueles sola lejos de tu casa, no es seguro.”

Me despedí y entré a mi casa. Esa noche definitivamente no iba a dormir con todo lo que había vivido. ¿Cómo lo hacía él con sus actividades nocturnas?
¡No podía esperar en conocer más arenkes!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

no soy muy buen lector ( no tengo muchos elementos para dar una buena opinion ) pero es una interesante historia, me recuerda a peter pan, jajaja no se por que, se ve como que tendra un final inesperado, jejejeje

Anónimo dijo...

Genial!!!! jajajaja que mal humorado es kai, me recuerda a alguien; por lo menos no dice malas palabras como Ferdinando ;)

Kai no se Cae dijo...

Interesante.. Me esta atrapando la historia cada vez mas