Un día me acosté rendida,
Cansada de la vida, esperando morir.
Pero mientras esperaba allí,
Con los ojos entrecerrados y quieta,
Me di cuenta que no podía conciliar aquel sueño,
Era aún muy temprano,
Y no había vivido lo suficiente
Para estar agotada.
1 comentario:
Nunca había visto un insomnio tan claro.
Hermoso escrito, un abrazo.
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