La vida tiene sentido mientras tenemos una idea, un proyecto, un sueño que cumplir, y hacemos lo posible para lograrlo. La vida tiene sentido cuando estamos a mitad de camino para llegar a un lugar. Si las cosas ya estuvieran realizadas, no habría sentido, sin nada por lo que luchar, sin nada sobre que soñar, todo sería simple, aburrido, monótono.
La felicidad es el resultado de las cosas que vamos logrando, pequeñas cosas día a día.
Un juego se disfruta mientras se desarrolla. Cuando termina, todo habrá acabado, la emoción, la esperanza.
El niño sueña, el adulto desarrolla el sueño y el anciano se siente realizado. Así debería ser la vida.
