El hecho de estar sensible, en un día cualquiera, da una oportunidad de echar a volar la imaginación, la inspiración del momento, las palabras que el alma desea expresar, las profundidades que están muy dentro del interior, tristezas, alegrías y felicidad, o palabras hermosas que uno desea decir o dejar escrito en algún papel, que sería el alimento del alma que uno mismo desarrolla. Uno de esos días es mejor sentarse a observar las partículas del aire, profundizarse en la imaginación y soñar, dejar que las ideas fluyan, las que vienen del corazón, las emociones mezcladas que se trasforman en la mayor inspiración, creando mundos de ilusiones y deseos que solo allí se cumplirán, mirando el alrededor de otro color, dejarse influenciar demasiado por las cosas del exterior; al estar sensible cualquier cosa puede alterar, o al contrario, dejarse llevar por los sueños aun mas, mirando el aire sin verlo, con una sonrisa en la cara totalmente fuera de control, no reaccionar a un movimiento, solo a la envoltura de imaginación soñada en el momento. Escribir una poesía, un articulo, un relato o algo mayor, ponerse a pintar, compositor música o inventar ideas, así surge mejor el arte, porque cada artista lleva en su interior una sensibilidad, que días como estos aparece sin poder evitar.
19 de noviembre de 2007
Sensible
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1 comentario:
Hola, qué tal Sara.
En realidad me gustó mucho tu exposición acerca de cuando una está con la sensibilidad a flor de piel, en esos días que tal vez hasta la brisa más suave te transporta a un mundo lleno de magia, o bien te inspira para crear un cuadro que refleje lo más profundo que estamos sintiendo en ese momento.
Yo lo he pasado y sé que a veces también la sensibilidad te lleva a estar mal,es lógico y humano, pero debemos encausarla hacia donde nos ayude a construír una obra que mueva nuestro espíritu positivamente.
Te dejo un abrazo super grande.
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