Un día me acosté rendida,
Cansada de la vida, esperando morir.
Pero mientras esperaba allí,
Con los ojos entrecerrados y quieta,
Me di cuenta que no podía conciliar aquel sueño,
Era aún muy temprano,
Y no había vivido lo suficiente
Para estar agotada.
Nunca había visto un insomnio tan claro.
ResponderEliminarHermoso escrito, un abrazo.