3 de junio de 2016

Suben los precios, bajan los sueldos

Estoy cansada de las empresas negreras.
Me refiero a negreras, porque, tratan a sus trabajadores como mercancías, como máquinas que tienen como único fin, realizar su trabajo, sin importar que son personas, que detrás de cada persona hay un alma, una familia, una vida, una historia, un mundo.
Éstas empresas, que al buscar personal, ofrecen un sueldo un poco más alto, que el mínimo aceptado por la ley, a cambio de un horario casi completo, una vida completa dedicada a ellos.
Estos empresarios, que se enriquecen con el esfuerzo de sus funcionarios, sin valorar que el tiempo de ellos (y de cada persona) es lo más valioso que hay en el mundo, un intangible que nunca regresa, y que se pierde por siempre.
¿Vale la pena? Desperdiciar la vida entre cuatro paredes, a cambio de una paga que no permite vivir.
¿Para que se trabaja? Para vivir. ¿Y si con tal trabajo no se puede vivir?

He tenido trabajos, en donde me he visto obligada a tener dos trabajos, porque con uno no podía vivir. Un solo trabajo, realizado de lunes a sábado, no me cubría todos los gastos (mínimos) para vivir. Entonces me pregunto, ¿Para que trabajo? Si el trabajo no me permite vivir.
¿Es vivir para trabajar o trabajar para vivir?
Más bien la primera opción, pues trabajar de 9:00 a 22:00, en el cual la ganancia apenas cubre los gastos de vida, es algo totalmente ilógico.
"¿Adonde pretendes viajar/que pretendes comprar/para que quieres tanto dinero/cual es la avaricia?" fueron algunas de las preguntas que recibí mientras vivía en esta situación.
No queridos, no es la avaricia; es la necesidad.
La necesidad de pagarme un techo sobre la cabeza, unas paredes que me cubran del frío, unos muebles para guardar mis cosas, abrigo para el frío, comida para el cuerpo, y otras cosas básicas.

El sueldo mínimo sube cada año. El precio de la comida sube cada año. La locomoción, la educación, el vestido, los gastos básicos, ¡el arriendo/alquiler!
Pero... los sueldos no mínimos no suben. Desde hace 10 años, continuamos recibiendo los mismos sueldos, sin recibir lo que recibíamos en aquella época.
Al parecer los ingeniosos empresarios, no se dan cuenta que los sueldos normales también deberían ser alzados, acorde a los precios de todo, acorde a la inflación de la moneda. Acorde al IPC. Acorde a la crisis económica. Acorde a la crisis política. Acorde a la caída de la bolsa. Acorde al alza de los precios.

¿O es la finalidad, usar humanos como máquinas, sin darle importancia a sus vidas, a sus tiempos, pretendiendo únicamente enriquecerse en base a su trabajo?
¿Que no hay conciencia? ¿O es la extremada estupidez, la que mantiene vivas aquellas empresas?

¡Si no es capaz de pagar al personal como corresponde, entonces no tenga empresa!
¡Si no puede asumir sus gastos como persona racional, entonces no se comprometa!
¡Actúe como adulto responsable que debería ser, y deje las niñerías de avaricia y arrogancia, porque de esos, hay de sobra en este mundo!


"¿El sábado quería libre? Ha! Agradezca que no trabaja también el domingo" - El dueño de mi antiguo trabajo.

2 de junio de 2016

Arte culinario: Cordero al horno con frutas

Ya sea cordero, o costillas de cerdo, hay una forma más entretenida de prepararlo al horno en vez de echarle solo sal:
La receta de hoy, es otro invento mío, basado en la salsa de frutas para cordero al horno, pero sin las frutas que indicaba tal receta original.

Mi receta:

Adobar un costillar con sal, y condimentos existentes en la casa.
Añadir cebollas en juliana
Un poco de vino tinto encima
Manzanas en trozos
Kaki en trozos

Semillas de girasol.

Todo lo anterior añadido como gustes.

Foto de referencia de mi receta:



A falta de manzanas y kakis, la receta original sugiere ciruelas y pasas.

Esto va al horno media hora, o tiempo relativo al tamaño del trozo de carne.