14 de abril de 2015

Capítulo 1 de Nueva Idea sin nombre





Capítulo I
Notas de Armand

Aquel día me dijo que la esperara en la cafetería después del trabajo. Accedí y me dirigí al lugar de siempre, un bello café, agradable, acogedor. Un ambiente cálido en donde el ambiente estaba aromatizado con distintos brebajes, té, café, infusiones y especias.
Solíamos vernos allí algunas veces por semana, cuando queríamos hacer algo distinto que estar en la casa mirándonos las caras como en una rutina.

Cuando llegué ella ya estaba allí. No me esperaba verla tan temprano pues su horario de trabajo me daba ventaja para llegar antes, pues mi día en la universidad no era tan largo como el suyo.
Me saludó con una sonrisa, como de costumbre, esa sonrisa que hacía un tiempo atrás me había enamorado de ella.
Elegimos una mesa, yo pedí un té con canela y ella pidió un café. Le encantaba el café. Lo pedía siempre con una sonrisa y lo recibía con satisfacción. Yo la miraba de reojo mientras jugaba con la bolsa de mi té.

Esta vez la tarde iba a ser diferente, algo iba a cambiar. Pero no lo noté a tiempo. Ella se mantenía serena, con esa actitud tranquila tan propia de sí.
Luego del café procedió a decir lo que tenía en mente.

-"Armand," me dijo tranquila, "te quería comentar algo; Me voy. Lo he estado pensando y ya es una decisión definitiva. Me voy el próximo mes."
-"¿A qué te refieres?" Pregunté extrañando presintiendo que lo próximo me iba a asustar.
-"Me voy de aquí, de la ciudad, del país. Ya tengo el pasaje a Europa y es para el próximo mes. Comenzaré una vida nueva, abandonaré lo que tengo aquí. Hace mucho que me quería ir, pero solo me había quedado por ti. Después de analizarlo mucho he llegado a la conclusión de que no sirvo para esto y me voy. Todo lo que he querido lo tuve, ahora debo dar le próximo paso."
-"Diana, ¿hay algún problema entre nosotros?" Pregunté luego muy asustado.
-"No, en ti no hay ningún problema." Dijo determinada. "Eres un hombre excelente. Eres la persona que siempre soñé tener, alguien que esperé por muchos años, un milagro que me fue regalado. Pero verás, yo creí que con alguien como tú las cosas iban a cambiar. Que finalmente yo sería la persona que debo ser. Pero no es así, me he dado cuenta que con cualquier persona me sucede lo mismo; como con aquellos con los que salí algún día y por algún motivo no resultó. Creí que el problema eran ellos. Pero ahora que tengo a quien de verdad necesitaba, me sucede lo mismo; no sirvo para esto, no sirvo para relaciones de pareja. Por eso me voy antes que te enamores seriamente de mí. Me encantas, eres el ideal pero... hay algo en mí que no funciona como el resto de la gente... sinceramente no sirvo para esto."

Aquello fue lo que lo dijo hace un mes. Y entonces se fue sin contarme los detalles de su problema, llevándose sus esperanzas de una vida nueva y dejándome en la incógnita y el dolor.
A veces nos comunicamos y le pregunto cómo se encuentra, y me responde emocionada contándome que Europa es otro mundo totalmente distinto.

A veces me envía una foto y yo me la imagino allí, en medio del paisaje. Me imagino como debe estar transcurriendo su vida. Y a veces me pregunto si aún piensa en mí, si sueña conmigo o si analiza la causa por la que me dejó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así es la vida, un eterno regresar...